Existen muchos tipos de tótem de cartón publicitario y todos pueden ser útiles en un momento determinado. Desde los más grandes a los que son un poco menos voluminosos y desde los más sencillos hasta los que cuentan con un mayor refuerzo.

Se trata de buscar siempre el adecuado para cada campaña y para el uso que se le va a dar teniendo en cuenta el establecimiento al que va dirigido y las necesidades que se pretenden cubrir. Por eso, vamos a ver cuáles son los puntos más importantes a tener en cuenta para acertar en la elección y tener éxito en la campaña publicitaria que se quiera llevar a cabo.

  • 1. El tamaño debe de ser adecuado al tipo de establecimiento en el que se quiera instalar

Existe el concepto equivocado de que el tótem tiene que ser muy grande para poder llamar la atención. Lo cierto es que depende de dónde se vaya a instalar porque el tamaño de lo que le rodea y el espacio disponible importan.

Si se quiere realizar un expositor de este tipo para tiendas pequeñas no podemos crear un tótem de gran tamaño que ocuparía mucho espacio y que, posiblemente, no pueda colocarse en estos establecimientos. Tendremos que conformarnos con algo más pequeño que, a fin de cuentas, va a destacar mucho en un establecimiento que no es grande.

Una buena idea para este tipo de comercios son los totems en esquina, que permiten aprovechar al máximo el espacio y que pueden resultar muy llamativos por su original forma, adaptándose a cualquier rincón disponible en la tienda.

Si por el contrario la campaña va a realizarse en un gran establecimiento, puede pactarse un tótem grande porque habrá espacio para colocarlo y resultará muy efectivo. En estos grandes comercios en los que hay tantos reclamos, el tamaño sí es importante para conseguir captar la atención del cliente y vale la pena pagar por ocupar un área un poco más grande para conseguir el efecto que se está buscando: llamar la atención y atraer a los clientes.

  • 2. Las zonas de almacenamiento

Una de las particularidades más atractivas de los tótems está en la posibilidad de almacenar en ellos producto. Esto se puede hacer de varias maneras en función del objetivo que se pretenda conseguir. Por ejemplo, si se ha optado por un tótem con un cartón sencillo y con poco refuerzo porque el producto a exponer no es muy pesado, se puede crear una zona de almacenamiento en la base del mismo. Esto no solo permite que el producto esté a mano para reponerlo cuando se acabe, también permite darle estabilidad al expositor para evitar que, debido a su sencillez, pueda caer. Sobre todo cuando no tiene muchos productos expuestos y pesa menos.

En el caso de tótems reforzados también se puede crear una zona de almacenamiento en la base porque sigue siendo un buen lugar, ya que el cliente no quiere agacharse para coger un producto, sino que prefiere que se le ofrezca a la altura de las manos. Pero en casos en los que por el tamaño y peso del artículo este puede ocupar todo el frente, la zona de almacenamiento puede situarse justo detrás.

Los tótems informativos no necesitan de zona de almacenamiento porque no están pensados para portar artículos, sino para que la gente conozca una promoción. Son, por ejemplo, los que se colocan a la entrada de un supermercado avisando de que hay una oferta 3 x 2 en diferentes productos.

  • 3. Posibilidades de reutilización

Muchas veces pensamos en el tótem de cartón como algo para campañas exclusivamente en tiendas ajenas al fabricante del producto pero no es el único fin de este tipo de expositores. Pueden utilizarse también para promociones en ferias o para tiendas en franquicias.

En estos casos, el tótem puede ser reutilizado y, por tanto, puede salir a cuenta realizar un producto fuerte y de más calidad. Hablamos de aquellos de cartón reforzado y plastificado en lugar de los realizados en cartón simple. Por ejemplo, en el caso de las ferias el mismo tótem puede servir para los stands que se coloquen en cada una de ellas siempre que sean adecuados por tema de espacio.

Al estar realizados en cartón, los tótems pueden plegarse y transportarse fácilmente para poder llevarlos a diferentes puntos sin que eso los deteriore siempre y cuando se haga de la manera adecuada.

En el caso de las franquicias ocurre algo similar. Cuando se envían los tótems para una promoción que se va a repetir en el tiempo, lo normal es pedir que se guarden una vez que se da por finalizada una etapa hasta que vuelva a repetirse. Así, se ahorrarán costes y el tótem, una vez plegado, ocupará muy poco espacio en el almacén.